Antes de una competición, de una fecha de esas marcadas en rojo en tu calendario deportivo, siempre surgen las dudas típicas de si estaré todo lo bien que creo o que dicen, no paramos de auto chequearnos, creo que tengo las piernas cargadas, creo que me estoy resfriando,…, el miedo a fallar o a que no nos salgan las cosas como pensamos son la fuente principal de estos sentimientos que conviven a nuestro lado los días/semanas previos a una carrera, mas intensos los cabritos cuánto mas importante es para ti la fecha. Estos temores deben ser gestionados por cada uno para que no nos jueguen una mala pasada.
Lo primero de todo, tenemos que tener muy claro cual es nuestro objetivo, y lo más importante cuánto estamos dispuesto a sacrificar para a lograrlo, porque que no se nos olvide, una competición no empieza cuando dan la salida, empieza cuando la empezamos a preparar, entonces teniendo claro esto, todo será mas fácil, ya que sabremos en condiciones normales hasta donde podemos exigirnos.
Siempre hay que tener una fe inquebrantable en nosotros mismos, pero esa confianza debe estar basada y sobre todo sustentada en el trabajo de preparación que hemos realizado previo a la competición. Si entrenas bien puede que compitas bien, si no entrenas bien, seguro que competirás mal. La confianza estará sustentada en la exigencia de nuestra preparación.
Creo que nos pasa a todos, buscamos buenas sensaciones en los últimos entrenos, buscamos el sentir que en esos entrenos vamos sueltos, las piernas van perfectas, no hay dolores, la respiración se acompasa a nuestro ritmo, todo fluye como debe, porque también sabemos que si los entrenos anteriores no van bien, nos presentaremos a la salida con muchas dudas, con la confianza de éxito mermada, aunque luego a veces, en base a al fortaleza mental de cada uno puede reconducir esos sentimientos y sensaciones hacia algo positivo, pero la realidad es que eso es complicado.
Si nos hemos preparado bien, debemos ser optimistas, debemos pensar que todo va salir bien, pero también es cierto que cabe la posibilidad que todo no salga como esperamos, por eso es importante también estar preparado para encajar una “derrota”, aunque la realidad es que pase lo que pase mañana también saldrá el sol. Los preparadores suelen indicar que la presión que nos metemos es directamente proporcional al miedo a fallar. Pero para casi todos nosotros, deportistas por amor al arte, ¿por qué nos debemos meter presión si hacemos algo sólo por que queremos hacer y lo queremos disfrutar? Una premisa importante, es que si queremos sacar el máximo rendimiento en competición deberemos aprender a relativizar cuando las cosas no salen como esperamos. No se fracasa hasta que no se deja de intentar.
A parte de la buena predisposición mental con la que deberemos salir a competir, debemos también tener preparada toda la intendencia asociada a la carrera (predicciones meteorológica, ropa a llevar, zapas que usar, avituallamientos,…) y si es fuera de casa, cerrar cuanto antes el alojamiento previo a la carrera. Si no se conoce el recorrido por donde vamos a correr, yo creo que es importante buscar alguna crónica de ediciones anteriores y también es importante estudiar el perfil, tener claro los puntos en los que nos vamos a avituallar y si además sabemos que tomar en cada punto, una cosa menos sobre la que pensar cunado estemos corriendo. No debería escapársenos ni un detalle de los que dependen directamente de nosotros, para crear incertidumbres ya está la propia competición en si. La idea general es tenerlo todo lo más controlado posible.
En cualquier situación existen variables que dependen de nosotros y otras que, por mucho que queramos es imposible que podamos modificar o alterar. Ejemplos de los primero serían tener claro el recorrido, habernos inscrito dentro de los límites fijados o haber seleccionado todo el material obligatorio indicado en el reglamento para la prueba (muchas sanciones/descalificaciones posteriores son causa de este incumplimiento por desconocimiento), estas las tenemos que tener controladas y no nos deben crear incertidumbre alguna.
Yo personalmente, la semana de la carrera suelo poner en un documento toda la información que dispongo de la prueba, analizo los perfiles, leo crónicas de años anteriores si no he corrido nunca esa carrera, sigo la predicción meteorológica con el objetivo de saber que ropa llevar, con la ayuda de mi entrenador ajustamos la alimentación previa, durante y post carrera, parecen muchas cosas pero realmente en mi caso es solo un automatismo asociado a una competición. En el blog hay alguna entrada con los algunos datos que uso para preparar las carreras.
Durante la prueba, máxima concentración, ya desde que empezamos a calentar, no deberíamos estar preparándonos solo físicamente para dar comienzo la carrera sino también mentalmente, visualizando la carrera, sintiéndonos fluir sintiendo que todo ale de forma automática y fácil. En carrera siempre hay momentos del “voy jodido” pero hay que pensar que todos seguramente vamos igual de tocados, Octavio Pérez lo resumen en un frase muy bien: “Mal de muchos consuelo de listos”. Y lo que suele funcionar para hacer mas llevadera y poder mantener la concentración es dividir en partes la carrera, yo suelo dividir el bloques las subidas, las bajadas, puntos de avituallamiento, de tal forma que cunado paso uno, lo tacho de mi cabeza, y me centro solo en el siguiente, eso claro, lleva un trabajo de los días previos de estudiar bien el perfil. En una entrada que publicaré en breve se centrará exclusivamente a la gestión propia de la carrera en si.
Cómo indica Octavio Pérez, “Tu ilusión alimenta tus sueños, tu entrenamiento los convierte en realidad”
Muy recomendables los libros que indico a continuación y de donde sale este articulo:
- LA PREPARACION EN EL CORREDOR DE MONTAÑA – De la iniciación al ultra trail de OCTAVIO PEREZ
- ENTRENAMIENTO PARA ULTRA TRAIL – Cómo sobrevivir a una carrera de larga distancia de EDUARD BARCELÓ
